CRONICA DEL VIAJE DE FACUNDO ONYSZCZUK POR NUEVA ZELANDA

Por Mauricio Zentner Lavori - MZL DEPORTES


Facundo Onyszczuk es un joven fueguino que vive con el objetivo de cumplir su sueño: correr arriba de una moto. Por eso, viajó a Nueva Zelanda para traspasar fronteras y volverá a la Isla para la mítica Vuelta a la Tierra del Fuego. ¡Escucha su historia!


Cada día que pasa su pasión crece, sus ganas aumentan y los esfuerzos por alcanzar esa meta tan complicada se redoblan. Facundo Onyszczuk es un chico nacido en la capital de Tierra del Fuego y desde que salió de la cuna palpó el motociclismo junto a su padre, ganador del Enduro del Verano en 1993.

Corrió dentro de la provincia y también en la Patagonia argentina, aunque los problemas económicos siempre se interpusieron para ir en busca de los mejores niveles. No obstante, participó de algunas ediciones del EDV llegando a los primeros lugares del segmento Lite en el Supercross clásico de los viernes.

Hace unos meses cambió radicalmente su vida para irse a Nueva Zelanda donde lo esperaba su hermano Julián, con el objetivo de seguir creciendo. “El segundo día que estuve en NZ fui a ver un Supercross que me dejó cebado, con muchas ganas de andar allá por lo que decidí comprarme la moto. Lamentablemente esas ganas de acelerar provocaron un golpe entrenando y me saqué el hombro izquierdo. Con mucho dolor en la zona fui a correr dos días después, vendado por todos lados para que no se me salga. Después estuve un mes con rehabilitación para recuperarme y durante ese lapso seguí entrenando como podía, me volvía corriendo del trabajo que estaba a 12 km de mi casa”, comentó para empezar el diálogo.

A lo que añadió: “Estaba de buen ánimo para correr la Primera Fecha del Nacional y una semana antes había un Enduro de 6 horas. Fui a correr y salí en ambulancia al hospital porque me caí en la segunda vuelta. Como la bota que tenía ya no daba más (estaba rota y toda blanda) me esguince el tobillo izquierdo lo que generó mucha tristeza en mí, pero invertí y me compré botas nuevas. Sin embargo no había nada más que hacer, me lastimé justo antes de la carrera para la que había entrenado y esperado tanto. Corrí igual pero no pude acelerar, solo lo disfrute y viví el momento que fue estupendo. Lo vivido nadie me lo saca. Fue algo extraordinario e inolvidable”.


Facundo en tierras neozelandesas

Y concluyó analizando lo que fue su última participación en suelo oceánico: “A las dos semanas había otra carrera, la última que correría en NZ. No me di por vencido y seguí entrenando. Como no podía correr andaba en bici o nadaba en la pileta. Llegué con el pie mucho mejor, pero no me tenía que golpear ni nada. La primera manga anduve por el 4-5 puesto, la segunda hice el Hole Shot y a fondo, me había olvidado del pie. Anduve casi una vuelta adelante pero cuando venía peleando con el 3º y el 4º yo doblaba muy lento por el pie, aunque estuve casi media serie así cuidando, hasta que en una me abrí y el otro vio la oportunidad y se metió por adentro con un block pass muy fuerte. Salí volando entre el polvo y caí mal con el pie izquierdo. Con muchísimo dolor me sacaron a la ambulancia a ponerme hielo y ver que esté bien el tobillo. Vendado corrí la última serie pero ni podía meter los cambios. Lo que me queda como cuenta pendiente es que no pude irme con un podio y mostrar que podía, pero las lecciones son partes del oficio y todos se caen, hasta los más pro. Si tenés todo bajo control es porque no vas al límite y no lo estás dando todo. Igual el balance me deja muy contento, conocí mucha gente nueva y corrí en circuitos perfectos que parecían dibujados. Espero poder volver a vivir algo así de nuevo”. 



Pero cómo se acerca la gran Vuelta a la Tierra del Fuego no dudamos en preguntarle sobre su pasión con dicho evento histórico, el Enduro más antiguo del país: “La VTDF es pasión en su máxima expresión. La empecé a correr a los 13 años con una XR100 con todos los fierros en un cuadro de CR80, esa moto sí que daba gusto manejarla. La vuelta es la carrera más esperada durante todo el año y sólo me preparo para correrla. Este año me vuelvo de NZ sólo para correrla, es algo que no me puedo perder. Igual todavía no tengo moto en Argentina, pero voy a largar con lo que tenga a mano, no importa. El año pasado tuve un problemón el día que empezaba la vuelta y casi que no corro. Con mucha ayuda de pilotos y gente que querían verme en pista me ayudaron con lo básico y mucha energía de los amigos (botas, casco, ropa y hasta ruedas), mi viejo me consiguió su moto que estaba toda desarmada y el equipo de Moto Pablo salió a fondo para Ushuaia a armar los pedazos de la CRF250. Me bajé de mi 450 y me subí a esa moto que era totalmente diferente, que no estaba puesta a punto ni nada y así largué el día de la carrera, con la cabeza en cualquier lado, pero tranquilo. Una vez que encontré la puesta a punto empecé a darlo todo con frío, barro, piedras, lluvia, nieve, hielo, viento. Todo lo que te imagines está en la Vuelta, pero la gente te alienta de afuera y vos con orgullo tratas de darlo todo. Este año espero que sea otra inolvidable edición y espero subir a lo más alto de podio. Ahora queda disfrutar, acelerar con todo, no sólo con la muñeca y esperar que se de todo redondito”.

FACUNDO “Potter” ONYSZCZUK agradece con todo su ser: “a mi familia, mi mamá, mi viejo, mi hermano, mis amigos, todos los que me hicieron el aguante y a MZL por la nota, siempre apoyando esta pasión que tengo por la moto. Mil gracias a todos”.

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